miércoles, 7 de diciembre de 2011

Bagualerita

A mediados del alfonsinismo escuchaba un programa que se llamaba Raices Latinoamericanas y recuerdo la vez que cayó una tal Liliana Herrero con unas grabaciones hechas con Fito. Me encantó, pensé que estábamos ante una grande. Pasaron un par de años y no volví a escuchar más sobre esta tal Liliana Herrero. Hoy en día en un par de años me habría olvidado del nombre, pero en esa época la memoria (y otras cosas) eran más fuertes. Esa persistencia en mi memoria no hacía sino mostrarme que no había podido cumplir ese anhelo de "verla antes". (Este "verla" no se refiere necesariamente a un personaje de género femenino, sino algo impersonal como "tenerla clara"). Grande fue mi sorpresa cuando el primer disco de LH es publicado con Fito en los teclados y, creo, también en la producción. Obviamente corrí a comprarlo. La Herrero ha hecho una carrera brillante. Sin duda no pertenece al mainstream del folklore argentino, pero lo ha llevado por nuevos caminos. No uno solo, sino varios nuevos caminos. Ese día cuando la escuché con una portátil AM no me había equivocado, estaba escuchando a una grande.